lunes, 21 de diciembre de 2009

Todo lo hizo hermoso en su tiempo

Corría el año 1992, y para España eran unas fechas un tanto especiales; En Barcelona se celebraban los Juegos Olímpicos, en Sevilla la Expo y Madrid se convertía en la Capital Europea de la Cultura.

Todos estos eventos eran propicios para que nos visitaran muchas personas, y para nosotros una buena oportunidad para poder presentarles el Evangelio. Con este propósito salimos de Alicante 3 grupos de evangelismo, cada uno a una ciudad y aun evento diferente. Para mi era mi primera experiencia de evangelismo, y por si fuera poco nada mas y nada menos que en Madrid mi ciudad.

Estuvimos durante dos semanas haciendo campañas en el Retiro, la Puerta del Sol, el centro de Madrid sobre todo por la noche y barrios castigados por la droga y delincuencia.

Aunque lo que verdaderamente me costo mas fue la visitas que hicimos al Hospital 12 de Octubre, me era muy difícil, no ya hablarles del evangelio, sino simplemente preguntarles como se encontraban, pero el señor me dio fuerzas y pudimos entregarles Biblias, libros, tratados, y les pudimos trasmitir animo, consuelo, esperanza y decirles que Dios les amaba, hubo de todo, personas que lo aceptaron y nos dieron las gracias, otros nos echaron de sus habitaciones, otros se sintieron ofendidos y llamaron a Seguridad y paso lo inevitable, con mucha educación nos invitaron a abandonar el Hospital, alegando que esta labor ya la realizaba un Capellán Católico, y nosotros no teníamos el permiso de Gerencia.

No podía entender porque nos echaban si simplemente estábamos haciendo algo de provecho para los enfermos y porque no, también para el Hospital, no me sentía bien, pero cuando abandonábamos el Hospital el hermano que me acompañaba me dijo ¡Esteban no te preocupes algún día te llamaran y podrás predicar el evangelio sin problemas!.

Eran palabras de Dios, porque después de 18 años y solamente por la gracia de Dios nos encontramos un grupo de hermanos y hermanas ministrando en el mismo Hospital que me echaron aquel día del año 1992, tenemos los mismos problemas personas que nos reciben, otros no quieren saber nada, pero tenemos la libertad que solamente Dios puede dar. Dios había hecho las cosas que nos había prometido, El contesto a nuestras oraciones, y nos dio el privilegio de poder desarrollar este Ministerio tan especial y gratificante.

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