He tenido el privilegio de poder acompañar a muchos hombres que después de haber aceptado a Jesús en su vida, han tenido que enfrentarse a los problemas que tenían con
Si algo común ha tenido todos estos juicios, es que todos estos hombres han reconocido todos sus delitos. No podía entender como en muchos de los casos el Juez les daba la oportunidad de poder cumplir la condena en Centros Terapéutico, cuando en casos similares el juez les hacia cumplir la condena en los Centros Penitenciarios. Hoy he recibido una carta de unos de esos hombres totalmente restaurado por el poder de Dios, y entre algunas otras cosas me comparte esta bella historia.
Un juez iba a liberar a un preso de la cárcel, por lo que hizo pasar a uno por uno a una
“entrevista” con el para ver quien merecía ser liberado. Al preguntar al primero por que
estaba allí este dijo:
- “Estoy aquí porque me calumniaron y me acusaron injustamente”
Llamó al segundo y este contestó:
- “Estoy aquí porque dicen que robé, pero es mentira”
De esta forma fueron pasando todos los presos y se declaraban inocentes. Hasta que llegó
el último quien dijo:
- “Estoy aquí porque maté un hombre. Hirió a mi familia y perdí el control y por eso lo mate
Pero hoy me doy cuenta de que lo que hice estuvo mal y estoy muy arrepentido”
El juez se levantó y dijo:
-Voy a liberar a este último preso.
Todos se quedaron perplejos y dijeron. Pero ¿por qué lo vas liberar a él?
El juez contestó:
- El castigo es para los que esconden su falta. La misericordia para los que
reconocen su falta y se arrepienten.
Proverbios 28:13 “El que encubre sus pecados, no prosperará: Más el que los confiesa y
se aparta, alcanzará misericordia.”
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