jueves, 17 de diciembre de 2009

Siempre es navidad con Cristo en el corazón


Testimonios desde la Libertad de una prisión (física)
LA VERDAD OS HARA LIBRE (San Juan 8)
Mujeres que cada día van transformando sus vidas por el poder de La Palabra de Dios
LA FE SALVA VIDAS
Te escribo estas líneas y pido al Espíritu Santo tome el control de mis labios y pensamientos, sea él quien escriba este testimonio para bendición de muchos Hermanos en Cristo, como dice la Palabra “ahora no podemos verlo, pero vivimos sostenidos por la fe” 2 Co 5:7.
Ahora me encuentro en una etapa de madurez espiritual que no sólo disfruto de su presencia, sino que encuentro sus tesoros en la palabra “Llámame y te responderé y te anunciaré cosas grandes y misteriosas que tú ignoras”.
En días pasados mis hijos tuvieron vacaciones en la playa durante una semana: cuando mis hijos me lo dijeron, sentí miedo, mi corazón se sentía triste y con un gran temor de que algo iba a suceder (mis hijos están en un orfanato en Málasia).
En esa semana me encontraba en una lucha espiritual. Una semana antes Dios me habló, “envió su palabra y los sanó” los libró del sepulcro. Salmo 107:20.
“Cree en el Señor y serás salvo tú y tu familia”. Hechos 16:31
Durante esta semana proclamaba esta palabra sobre mis hijos, “Señor no es lo que yo siento, no es lo que yo pienso, sino lo que dice tu palabra”. Tuve una lucha espiritual con la Palabra y mis miedos pasada la semana, hasta el domingo en que pude hablar con mis hijos.
Mi hijo pequeño me contó: “mamá, casi me hundo en el mar. Gracias a un hermano que me vio y me salvó”. En ese momento yo dije a mí misma: Gloria al señor porque la palabra del señor venció. Ahora sé y entiendo muy bien “La palabra de Dios es vida y tiene poder”, como dice en Hebreos 4:12, no sólo en mí sino para cada uno de mis hijos, y para todo aquel que en ella crea.
Ahora me encuentro en la cárcel, pero soy libre en Cristo Jesús. A medida que leemos su palabra vencemos todo problema, toda tribulación, prueba, enfermedad, si nos sujetamos a sus promesas. Necesitamos leer la palabra y ser hacedores de ella.
“Feliz el hombre que honra al Señor y se complace en sus mandatos” Salmo 112:1
“Tú palabra es una lámpara a mis pies y una luz en mi camino” Salmo 119:105
“Tú eres quien me ampara y me protege, en tu palabra he puesto mi esperanza” Salmo 119:14
Me despido con todo el amor de Dios y le pido a nuestro Padre Celestial que estas palabras que he escrito en esta hoja, ayuden a edificar a mis hermanos, entiendan el tesoro tan grande que es su palabra.
Que nos ayude con su Santo Espíritu. A ser hacedores de su palabra en el nombre de Jesús Cristo, Amén.
Que Dios te bendiga. Me despido con un fuerte abrazo y amor del señor Jesús Cristo.
Tu hermana en Cristo, Umathevi Maruta

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